Entre rotos y desgarrones Diesel presentó su nueva colección
La expectación era alta, las entradas gratuitas se agotaron rápidamente para el desfile de Diesel. Estudiantes y el público en general tuvieron la oportunidad de asistir.
A pesar de la lluvia que marcaba la noche, nada impidió que los 7000 apasionados seguidores de la marca asistieran al desfile, convirtiéndolo en uno de los eventos más destacados de la Fashion Week. Este show masivo de la temporada marcaría un nuevo rumbo para Diesel, hacia una era más democrática y accesible. Estamos presenciando el segundo capítulo del sueño de Glenn Martens de convertir la experiencia de la marca en un espacio para todos.
En medio de la lluvia que empapaba la pasarela del patio Scalo Farini, los modelos irrumpían desde todos los ángulos mientras una gigantesca pantalla de fondo revelaba con detalle los 73 looks. Fue una auténtica explosión sensorial, una tormenta de creatividad que resonó frente a los 7000 invitados en este mega espectáculo de moda, acompañado de una rave gratuita de 8 horas con NTS.
La funcionalidad se llevó al extremo en esta colección, que no dejó indiferente a ninguno de los presentes debido a la cantidad de looks versátiles que ofrecía. Tops, pantalones y faldas con cremallera permitían su uso independiente o combinado para crear conjuntos vanguardistas. Lo que parecían ser pantalones cargo resultaron ser ingeniosos bolsillos cargo unidos por correas, demostrando el enfoque meticuloso y audaz de Diesel.
Pero la verdadera genialidad se manifestó en las bolsas de cinturón transformadas en prendas funcionales. Tres bolsas unidas dieron vida a una elegante parte superior bandeau, mientras que tres bolsas drapeadas crearon una deslumbrante minifalda. Este enfoque revolucionario demostró que Diesel no solo sigue las tendencias, sino que las crea. La técnica Devoré, uno de los puntos fuertes de Martens, dominó la pasarela con estampados desgastados de mil formas y colores, desde denim impreso con el emblemático logotipo rojo hasta camuflajes adornados con piedras. Cada prenda emanaba la esencia de DIESEL.
Aunque predominaron los vaqueros y las prendas «hechas pedazos», fue refrescante ver a Martens explorando un registro diferente. Su incursión en piezas más sofisticadas se sintió como un soplo de aire fresco. Esta nueva faceta de Martens se manifestó en vestidos con costuras que creaban la ilusión de un sujetador y un tanga por encima de la pieza principal. Algunos eran fruncidos, otros se ceñían al cuerpo. Las líneas que simulaban ropa interior aparecían en colores contrastantes y luego se fundían en el mismo tono, como en un vestido dorado de lurex que evocaba una estatua del Óscar.
En esta temporada, Diesel también celebró el cine en todo su esplendor. El estudio de Hollywood propio de la marca nos dio acceso VIP a través de impresionantes carteles de películas que adornaban las prendas de la colección. Con su estilo ecléctico característico, Diesel creó sus propias versiones de películas como Spice World o Batman en camisetas, chaquetas y muchas otras piezas de temporada.
Siguiendo con la celebración cinematográfica, después de la fiesta de anoche donde solo los valientes se reunieron en Scalo Farini, el espacio permanecerá abierto al público del 22 al 24 de septiembre para disfrutar del festival de cine creado por Diesel. Los amantes del cine podrán disfrutar durante tres días de una selección de las mejores películas de nuestro tiempo en la misma pantalla donde se mostraron los looks en detalle. Desde Mulholland Drive hasta Fight Club o Madres Paralelas, esta será otra excusa para reunir a los fieles seguidores de Diesel en una experiencia multitudinaria.
Con esta nueva colección, Glenn Martens nos demuestra una vez más que Diesel no conoce límites. Desde la creación de la colección hasta la atmósfera envolvente y el festival de cine, Diesel continúa desafiando las convenciones y marcando su propio camino en la industria de la moda.