En una fusión innovadora entre la moda y la gastronomía, los diseñadores han servido una deliciosa variedad de «Food Bags» para satisfacer los paladares de culto de la temporada.
La Semana de la Moda de París se convirtió en un festín de ostentación y originalidad, donde las firmas high-end ofrecieron una interpretación única de la comida en forma de accesorios de lujo. Balenciaga, pionero en transformar la ‘basura’ en lujo, inspiró a otros con bolsos en forma de snacks.
Moschino y UNDERCOVER hornearon su propio diseño de baguettes en forma de clutches y bolsos translúcidos. JW Anderson sorprendió con un bolso de LOEWE en forma de espárragos, una obra de arte culinaria en la pasarela.
Bottega Veneta también se sumergió en el fenómeno con un pequeño pez de piel, navegando junto a abrigos de piel de felpa y camisas de lana.
Esta temporada, la moda se convierte en un banquete para los sentidos, donde el arte, la creatividad y el estilo se fusionan en una experiencia única.
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